«Salbia» es un proyecto de interiorismo comercial desarrollado dentro de la iniciativa Biziago!, impulsada en 2017 por el Ayuntamiento de Bilbao en colaboración del Colegio Oficial de Decoradores y Diseñadores de Bizkaia. Biziago! consistió en un concurso dirigido a profesionales colegiados y colegiadas que imaginaron una nueva vida para cinco locales comerciales del Casco Viejo.
Los proyectos de interiorismo y decoración elaborados tenían el fin de movilizar varios espacios comerciales vacíos ubicados en las calles Tendería y Belostikale, dos calles comercial situadas en el casco antiguo de Bilbao, con el propósito de que sirvieran de inspiración para futuros negocios.
El reto: diseñar una tienda de productos cosméticos
Como interiorista, afronté el reto ilusionante de diseñar una tienda de productos cosméticos con consulta de dermatología incluida en un pequeño local desocupado de la calle Belostikale de Bilbao, muy cerca del Mercado de la Ribera.
El reto fue doblemente enriquecedor:
- El primer handicap era extraer el máximo partido de un local de dimensiones muy pequeñas, donde queríamos desarrollar un nuevo concepto de diseño interior con el fin de mejorar el funcionamiento interno, expositivo y de imagen del negocio.
- El segundo reto fue la ubicación del negocio: en pleno Casco Viejo bilbaíno, un enclave que tradicionalmente ha tenido un fuerte espíritu comercial y que, además, es una de las señas de identidad de la capital vizcaína.
Dentro de los cinco compañeros que resultamos finalistas aquel noviembre de 2017, resulté ganadora en las dos categorías de jurado profesional y público, gracias al proyecto que desarrollé bajo el nombre de “Salbia”.
«Salbia», un proyecto con personalidad
Lo primero que quería conseguir es que nuestro local fuera reconocible y reflejara la personalidad del negocio, cuidando los detalles del diseño para comunicar de forma natural la personalidad de la marca “Salbia”, lo cual definió el diseño interior.
Salbia fue la puesta en práctica de un modelo de vida sana, con productos cosméticos libres de productos químicos, que cuidaba tanto de las personas como del medio ambiente. El nombre de Salbia, en euskera, hacía referencia inequívocamente a los usos y valores medicinales de dicha planta, siendo especialmente beneficiosa para la salud de las mujeres.
Su imagen corporativa reflejaba el diseño de los nichos y fosos que conforman los expositores para los diferentes productos y que potencia su valor ornamental proyectando un jardín invertido en los techos de la zona de patio interior que acoge los espacios de tratamientos específicos.
La división por zonas fue muy clara: zona de exposición y venta, zona de tratamientos, consultorías y cursos personalizados y zona de almacén/vestuario y aseo.
Superficies y volúmenes bien aprovechados
Para aprovechar al máximo las posibilidades de superficies y volúmenes disponibles proyectamos todo el mobiliario a ambos lados de las paredes de mayor longitud del local, creando armarios de suelo a techo con gran capacidad de almacenaje y espacios expositores retroiluminados que generaban nichos verticales y fosos horizontales. Este mobiliario comercial se dispuso de forma simétrica, envolviendo todo el espacio y dejando totalmente diáfana y libre la zona central.
Los perfiles en forma de «u» invertida con acabado en madera de nogal americano y luz led cálida integrada nos dirigían visualmente al espacio desarrollado en la parte posterior del local, un patio interior, envuelto en una atmósfera de tranquilidad y exclusividad.
Un patio interior con un jardín invertido
El resultado es una experiencia fluida, acentuada por la calidez de la luz en las transiciones entre el exterior y el interior. Todos los elementos y herramientas decorativas nos invitan a entrar y nos dirigen irremediablemente hacia el patio interior. En éste se genera el mayor punto visual, se realza la luz, se zonifica más claramente con el uso de la baldosa hidráulica y las plantas de salvia en tonos azulados generando un jardín invertido. Se emplea mobiliario de carácter rústico y acogedor, tanto en la zona de mesas y sillas como en la zona de tratamientos específicos donde hay un pequeño tocador y un aparador sobre el que colocamos un gran espejo que amplifica la percepción del espacio.
Remarcamos los techos como un nuevo espacio decorativo y los dotamos mediante el diseño de los fosos retroiluminados de un papel protagonista en este espacio comercial.
El conjunto se completa con un mostrador sencillo, enmarcado por plantas y que refuerza el valor de lo ecológico y lo orgánico. Dispone de dos zonas a cada uno de los lados para su uso por parte de los clientes como de los dependientes.